¿Existen personas adictas a Internet?
No.
Tendemos a confundir el medio con la patología que es lo mismo que confundir el tocino con la velocidad.
Las personas podemos ser "adictas" a muchas cosas. Precisamente Internet es un medio que ofrece fácil acceso a muchas de esas cosas. Por tanto, hay adictos a diferentes cosas. Pero no a Internet.
Dicho de otra forma, Internet aglutina a muchos adictos y adictas. Pero no produce, por sí misma, adicción.
Veamos algunas de las muchas (y viejas) adicciones que encuentran en Internet un medio para su satisfacción. Quede claro que si no existiese Internet la personalidad "adicta" se expresaría de muchas otras maneras. A veces de formas mucho más complicadas.
Por otra parte debe quedar claro que la distinción entre adicción patológica y afición es, a menudo, difícil de establecer. Hay, sin embargo, una frontera fácilmente comprensible: una adicción patológica produce más problemas que compensaciones.
- Adicción a la pornografía. La curiosidad por el sexo es innata al ser humano. La contemplación de escenas relacionadas con el sexo es casi una inclinación natural. Podría objetarse, tal vez, que el ser humano sexualiza demasiado el cuerpo. Y, posiblemente es verdad porque provoca demasiados problemas el hecho de que muchas cosas (el cuerpo, en general) excite y provoque hasta la enajenación mental. Internet es una enorme fuente de pornografía. Está presente por casi todos sus rincones. Ahora bien, tampoco conviene engañarse, la pornografía hay que buscarla para acceder a ella... incluso en Internet.
Como en la vida sin Internet la adicción a la pornografía puede ser un problema cuando inunda todos los ámbitos de la vida en una persona. Internet facilita el acceso a la pornografía a quien la busca, pero Internet no es el origen ni la causa de la pornografía.
En Internet, como en la vida no virtual, los problemas surgen cuando la excitación del momento lleva al usuario a hacer gastos monetarios innecesarios o cuando por ese deseo de pornografía se expone a ser engañado. Afortunadamente, y en general, el engaño a través de Internet suele ser puramente económico. En la vida no virtual pueden concurrir otros factores más peligrosos.
En el mundo la inclinación a lo pornográfico se convierte en un grave problema cuando transita por los terrenos de lo que se considera delito en uno o más países. Por ejemplo, la pornografía infantil. Este no es un problema generado por Internet. Internet no ha hecho más que poner en evidencia algo que ya existía, probablemente desde el principio de la humanidad. La diferencia es que ahora la facilidad para intercambiar información o lucrarse "fácilmente" con ella es evidente. Lo que en ningún caso puede ser motivo para demonizar al medio. Una cosa es el delincuente y otra el medio en el que se mueve.
- Ludopatía. Las patologías del juego tampoco son un invento de Internet ni de la era digital. Si bien es verdad que antes los niños salían a la calle a jugar con un aro ahora prefieren concentrarse en una consola. Bueno, los tiempos cambian. No es necesariamente mejor ser un experto en rodar un aro o lanzar una peonza que saber todos los trucos del Pro Evolution Soccer, el Super Mario o el Resident Evil. Todos nos hemos picado con un juego intentando batir nuestro propio record. Si antes jugábamos a los pinballs con una moneda o al Grease Monkey en una sala de juegos ahora los tenemos al alcance en nuestra propia casa. Los que teneis cierta edad... ¿cuántas veces fantaseasteis con tener una de las máquinas de la sala de juegos del barrio en vuestra propia casa?.
El juego genera cierta ansiedad, es cierto. Las ganas de batir un record o pasar de un determinado nivel a menudo nos han acelerado el ritmo cardíaco. Como siempre el problema es que eso pase a formar parte de nuestro día a día de forma persistente. O que nos lleve a abandonar otros aspectos básicos de la vida cotidiana.
Otra vez, no es Internet o los videojuegos. En algunas personas hay carencias y tendencias obsesivas que se expresan a través de Internet o los videojuegos pero que ya están ahí. ¿Alguien cree seriamente que esas tendencias patológicas no se expresarían de cualquier otra forma de no existir la tecnología actual?
Otro asunto son los juegos de azar y juegos por dinero. Antes de Internet muchas personas se jugaban hasta su casa en timbas de poker o en apuestas en la pelota vasca, por ejemplo. Para jugar a la ruleta había que ir a un casino. Pero cuando aparecieron las salas de bingo comprobamos que muchas/os de nuestros/as vecinos/as de lo más normal se dejan más dinero en cartones de bingo del que se pueden permitir.
Internet facilita enormemente el acceso a variados juegos de azar y casinos virtuales. La expresión de lo patológico se da cuando una persona se gasta en esos juegos lo que no se puede permitir. En contraposición hay muchas más personas que expresan su afición a jugar y a apostar de una forma "sana". Internet permite "quitarse el gusanillo" de jugar. A nadie le obligan a gastar más dinero del que puede permitirse cuando entra a un casino real. Lo mismo ocurre con los casinos virtuales.
Personalmente he visitado muchos casinos reales con la idea de gastarme únicamente lo que me hubiera gastado esa noche si hubiese ido a un teatro. Lo mismo hago alguna que otra vez en algún casino de Internet.
Me dirán algunos: pero Internet supone una tentación para personas que sufren de ludopatía. Es verdad, pero igualmente encontrarán una máquina tragaperras en el bar de abajo. Es un problema personal, psiquiátrico o médico. Pero en modo alguno es ese un motivo para demonizar Internet.
Bueno, veo que me he extendido bastante con ésta mi adicción a escribir. Así que dividiré este tema de las adicciones en varios artículos.
Continuará.
No.
Tendemos a confundir el medio con la patología que es lo mismo que confundir el tocino con la velocidad.
Las personas podemos ser "adictas" a muchas cosas. Precisamente Internet es un medio que ofrece fácil acceso a muchas de esas cosas. Por tanto, hay adictos a diferentes cosas. Pero no a Internet.
Dicho de otra forma, Internet aglutina a muchos adictos y adictas. Pero no produce, por sí misma, adicción.
Veamos algunas de las muchas (y viejas) adicciones que encuentran en Internet un medio para su satisfacción. Quede claro que si no existiese Internet la personalidad "adicta" se expresaría de muchas otras maneras. A veces de formas mucho más complicadas.
Por otra parte debe quedar claro que la distinción entre adicción patológica y afición es, a menudo, difícil de establecer. Hay, sin embargo, una frontera fácilmente comprensible: una adicción patológica produce más problemas que compensaciones.
- Adicción a la pornografía. La curiosidad por el sexo es innata al ser humano. La contemplación de escenas relacionadas con el sexo es casi una inclinación natural. Podría objetarse, tal vez, que el ser humano sexualiza demasiado el cuerpo. Y, posiblemente es verdad porque provoca demasiados problemas el hecho de que muchas cosas (el cuerpo, en general) excite y provoque hasta la enajenación mental. Internet es una enorme fuente de pornografía. Está presente por casi todos sus rincones. Ahora bien, tampoco conviene engañarse, la pornografía hay que buscarla para acceder a ella... incluso en Internet.
Como en la vida sin Internet la adicción a la pornografía puede ser un problema cuando inunda todos los ámbitos de la vida en una persona. Internet facilita el acceso a la pornografía a quien la busca, pero Internet no es el origen ni la causa de la pornografía.
En Internet, como en la vida no virtual, los problemas surgen cuando la excitación del momento lleva al usuario a hacer gastos monetarios innecesarios o cuando por ese deseo de pornografía se expone a ser engañado. Afortunadamente, y en general, el engaño a través de Internet suele ser puramente económico. En la vida no virtual pueden concurrir otros factores más peligrosos.
En el mundo la inclinación a lo pornográfico se convierte en un grave problema cuando transita por los terrenos de lo que se considera delito en uno o más países. Por ejemplo, la pornografía infantil. Este no es un problema generado por Internet. Internet no ha hecho más que poner en evidencia algo que ya existía, probablemente desde el principio de la humanidad. La diferencia es que ahora la facilidad para intercambiar información o lucrarse "fácilmente" con ella es evidente. Lo que en ningún caso puede ser motivo para demonizar al medio. Una cosa es el delincuente y otra el medio en el que se mueve.
- Ludopatía. Las patologías del juego tampoco son un invento de Internet ni de la era digital. Si bien es verdad que antes los niños salían a la calle a jugar con un aro ahora prefieren concentrarse en una consola. Bueno, los tiempos cambian. No es necesariamente mejor ser un experto en rodar un aro o lanzar una peonza que saber todos los trucos del Pro Evolution Soccer, el Super Mario o el Resident Evil. Todos nos hemos picado con un juego intentando batir nuestro propio record. Si antes jugábamos a los pinballs con una moneda o al Grease Monkey en una sala de juegos ahora los tenemos al alcance en nuestra propia casa. Los que teneis cierta edad... ¿cuántas veces fantaseasteis con tener una de las máquinas de la sala de juegos del barrio en vuestra propia casa?.
El juego genera cierta ansiedad, es cierto. Las ganas de batir un record o pasar de un determinado nivel a menudo nos han acelerado el ritmo cardíaco. Como siempre el problema es que eso pase a formar parte de nuestro día a día de forma persistente. O que nos lleve a abandonar otros aspectos básicos de la vida cotidiana.
Otra vez, no es Internet o los videojuegos. En algunas personas hay carencias y tendencias obsesivas que se expresan a través de Internet o los videojuegos pero que ya están ahí. ¿Alguien cree seriamente que esas tendencias patológicas no se expresarían de cualquier otra forma de no existir la tecnología actual?
Otro asunto son los juegos de azar y juegos por dinero. Antes de Internet muchas personas se jugaban hasta su casa en timbas de poker o en apuestas en la pelota vasca, por ejemplo. Para jugar a la ruleta había que ir a un casino. Pero cuando aparecieron las salas de bingo comprobamos que muchas/os de nuestros/as vecinos/as de lo más normal se dejan más dinero en cartones de bingo del que se pueden permitir.
Internet facilita enormemente el acceso a variados juegos de azar y casinos virtuales. La expresión de lo patológico se da cuando una persona se gasta en esos juegos lo que no se puede permitir. En contraposición hay muchas más personas que expresan su afición a jugar y a apostar de una forma "sana". Internet permite "quitarse el gusanillo" de jugar. A nadie le obligan a gastar más dinero del que puede permitirse cuando entra a un casino real. Lo mismo ocurre con los casinos virtuales.
Personalmente he visitado muchos casinos reales con la idea de gastarme únicamente lo que me hubiera gastado esa noche si hubiese ido a un teatro. Lo mismo hago alguna que otra vez en algún casino de Internet.
Me dirán algunos: pero Internet supone una tentación para personas que sufren de ludopatía. Es verdad, pero igualmente encontrarán una máquina tragaperras en el bar de abajo. Es un problema personal, psiquiátrico o médico. Pero en modo alguno es ese un motivo para demonizar Internet.
Bueno, veo que me he extendido bastante con ésta mi adicción a escribir. Así que dividiré este tema de las adicciones en varios artículos.
Continuará.
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