Se está dando un momento muy interesante en Internet.
Cada vez más gente va buceando en los entresijos de esta gran red.
Cada vez más gente sabe tocar las clavijas de un sitio web o blog.
Me refiero a que hay más cultura sobre cómo hacer una página web, tunear un blog o hacer sus pinitos en diseño.
Y esto produce dos grandes grupos de, llamésmosles, webmasters.
1.- Los profesionales.
2.- Los aficionados.
A veces sucede (no siempre, claro) que los profesionales son muy cuadriculados. Eso explica tanta web en flash, de diseños estandar o hechas a destajo.
A veces sucede (no siempre, ni mucho menos) que el aficionado es capaz de hacer un trabajo artesanal más interesante.
Y, entonces, entramos de lleno en un campo de batalla.
Por ahí andan los comerciales de grandes empresas ofreciendo páginas web que (a veces, no siempre) son absurdas, inútiles o no sirven más que para que alguien suelte un dinero para casi nada más que una especie de tarjeta de visita virtual.
Y el primo de la vecina del tercero hace páginas web más monas, más sensatas y le pone mucho más entusiasmo.
Así que, inevitablemente, van a nacer una gran cantidad de micro-negocios.
Lo que es maravilloso para el fomento de la creatividad.
Yo no me suelo dedicar a hacer páginas web (aunque he hecho muchas para mi y para otros) pero me entusiasman las ideas creativas.
Así que, a veces, invento nuevos modelos de negocio, digamos, amateur.
Por ejemplo, el trueque.
Si un negocio me parece interesante puedo poner toda mi "sabiduría virtual" a su servicio. Pero, eso sí, sólo si me motiva en algún sentido.
He efectuado trueques. Cambio sistemas web que incluyen sitio web y blog tuneado, promoción inteligente y cualquier cosa práctica que se me ocurra... mi imaginación llega a asustarme :-) por cosas que me gustan: teléfonos móviles, ordenadores, ropa, reformas o comida.
Si, es una forma de dar rienda suelta a tu creatividad.
El penúltimo ejemplo: sitio web corporativo de la tienda en la que suelo comprar alimentos ecológicos: HORTA + SA - Tienda ecológica en A Coruña. El punto lo pone un blog tuneado en Blogger que servirá para invitar a gente interesante que se acerca por esa tienda a colaborar con sus artículos, para lo cual se ha creado este blog que será, obviamente, colectivo: CULTURA ECOLÓXICA.
Con una estrategia tan simple, según he comprobado en otras ocasiones, se consigue promocionar un negocio mucho mejor que contratando por un pastón una web simplona en páginas amarillas, por ejemplo. O con complicadas y crípticas técnicas SEO que, generalmente, tampoco son lo que se dice baratas.
Sólo hace falta implicar en la redacción de artículos a un puñado de buena gente que, a su vez, puede promocionar sus propios negocios, consultorios o lo que tengan. O, simplemente, tener la satisfacción de escribir sobre temas que les interesan.
Se comparte y se expanden las ideas. Los artículos son pillados por los buscadores. La gente los encuentra, los lee y se ilustra. Finalmente, también conocen una tienda interesante, si les pilla cerca.
¿Os he dado alguna idea?
Pues nada.
Para eso estamos.
Cada vez más gente va buceando en los entresijos de esta gran red.
Cada vez más gente sabe tocar las clavijas de un sitio web o blog.
Me refiero a que hay más cultura sobre cómo hacer una página web, tunear un blog o hacer sus pinitos en diseño.
Y esto produce dos grandes grupos de, llamésmosles, webmasters.
1.- Los profesionales.
2.- Los aficionados.
A veces sucede (no siempre, claro) que los profesionales son muy cuadriculados. Eso explica tanta web en flash, de diseños estandar o hechas a destajo.
A veces sucede (no siempre, ni mucho menos) que el aficionado es capaz de hacer un trabajo artesanal más interesante.
Y, entonces, entramos de lleno en un campo de batalla.
Por ahí andan los comerciales de grandes empresas ofreciendo páginas web que (a veces, no siempre) son absurdas, inútiles o no sirven más que para que alguien suelte un dinero para casi nada más que una especie de tarjeta de visita virtual.
Y el primo de la vecina del tercero hace páginas web más monas, más sensatas y le pone mucho más entusiasmo.
Así que, inevitablemente, van a nacer una gran cantidad de micro-negocios.
Lo que es maravilloso para el fomento de la creatividad.
Yo no me suelo dedicar a hacer páginas web (aunque he hecho muchas para mi y para otros) pero me entusiasman las ideas creativas.
Así que, a veces, invento nuevos modelos de negocio, digamos, amateur.
Por ejemplo, el trueque.
Si un negocio me parece interesante puedo poner toda mi "sabiduría virtual" a su servicio. Pero, eso sí, sólo si me motiva en algún sentido.
He efectuado trueques. Cambio sistemas web que incluyen sitio web y blog tuneado, promoción inteligente y cualquier cosa práctica que se me ocurra... mi imaginación llega a asustarme :-) por cosas que me gustan: teléfonos móviles, ordenadores, ropa, reformas o comida.
Si, es una forma de dar rienda suelta a tu creatividad.
El penúltimo ejemplo: sitio web corporativo de la tienda en la que suelo comprar alimentos ecológicos: HORTA + SA - Tienda ecológica en A Coruña. El punto lo pone un blog tuneado en Blogger que servirá para invitar a gente interesante que se acerca por esa tienda a colaborar con sus artículos, para lo cual se ha creado este blog que será, obviamente, colectivo: CULTURA ECOLÓXICA.
Con una estrategia tan simple, según he comprobado en otras ocasiones, se consigue promocionar un negocio mucho mejor que contratando por un pastón una web simplona en páginas amarillas, por ejemplo. O con complicadas y crípticas técnicas SEO que, generalmente, tampoco son lo que se dice baratas.
Sólo hace falta implicar en la redacción de artículos a un puñado de buena gente que, a su vez, puede promocionar sus propios negocios, consultorios o lo que tengan. O, simplemente, tener la satisfacción de escribir sobre temas que les interesan.
Se comparte y se expanden las ideas. Los artículos son pillados por los buscadores. La gente los encuentra, los lee y se ilustra. Finalmente, también conocen una tienda interesante, si les pilla cerca.
¿Os he dado alguna idea?
Pues nada.
Para eso estamos.
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