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jueves, 31 de marzo de 2011

Aprovechando las debilidades de la competencia

Conste que tengo la firme convicción que la "competencia" en sentido estricto no existe más que en la mente de la gente escasa de creatividad.

Pero me hacen mucha gracia las historias de la gente que aprovecha las metidas de pata ajenas.

Todo ello sin violencia ni ensañamiento, claro.

Por eso me hizo reir esta historia.

Resulta que Bob Parsons, director ejecutivo (CEO) de la macroempresa de dominios de internet GoDaddy se le ocurrió irse a ventilar unos días a Zimbabwe.

A su regreso no se le ocurrió otra cosa que colgar un video de su aventura en el que se ve como ejecutan a un elefante problemático en uno de los parques naturales del país.

Y, como era previsible, la respuesta no se hizo esperar:

- Despiadas respuestas en Twitter y Facebook.

- Eco en múltiples medios: un ejemplo.

- Y, naturalmente, el premio al "canalla del año" de la organización pro-derechos de los animales PETA.

El resultado fue que algunos de los clientes de GoDaddy se pasaron directamente a uno de sus "competidores": NameCheap.

Lo "gracioso" de esta historia es que la gente de NameCheap tardó 0,3 segundos en habilitar una oferta para todos aquellos que quieran transferir sus dominios desde GoDaddy. Se trata de una oferta limitada durante 24 horas.

Y dicha oferta incluye la donación de 1$ por dominio a la organización Save the Elephants.


MORALEJA: si tienes un negocio en Internet mira bien lo que compartes. Tu imagen también es tu negocio.

Vivimos en un mundo global donde lo público y lo privado comparten borrosas fronteras.

Los negocios ahora tienen cara y no es mala idea mantenerla limpia de polvo y paja.

No te estoy sugiriendo que vivas una vida artificial negándote a tí mismo.

Simplemente que tengas siempre en cuenta la sensibilidad de los demás.

1 comentarios:

Fotografos Boda Cordoba dijo...

Cuando se es una figura publica y especialmente cuando esta tan ligado a las redes sociales, hay que tener mas cuidado con la parte que hacemos publica de nuestra vida privada ya que siempre habrá alguien dispuesto a aprovecharse de cualquier desliz para beneficiarse.